Detrás de los artículos textiles de Letheshome, que tanto estilo aportan a tu hogar y que son reconocidos por su fabricación artesanal mediante telares, se esconde un arte milenario que muchas personas desconocen por completo.

Detrás de los artículos textiles de Letheshome, que tanto estilo aportan a tu hogar y que son reconocidos por su fabricación artesanal mediante telares, se esconde un arte milenario que muchas personas desconocen por completo.
Aquí te explicamos cómo funciona este proceso, tan apreciado por nuestros clientes.

Un telar es una herramienta utilizada en el tejido cuya función es tejer los hilos -ya llegaremos a ello- para unirlos y formar un solo elemento y, así, la pieza deseada. Este proceso implica que el artesano entrelaza dos líneas colocadas en un ángulo de 90º entre sí.
Estas líneas luego se distinguen en dos juegos de hilos: el vertical, llamado urdimbre, se coloca estirado sobre la estructura del telar; y la horizontal, la trama, que se tira transversalmente a través de la anterior con ayuda de una aguja (o lanzadera).
Un telar también dispone de un peine que permite subir y bajar los hilos de urdimbre a su vez y, así, permitir la apertura de la calada (espacio entre los hilos de urdimbre pares e impares) y posterior paso de la trama.

Lo que parece un proceso complicado es en realidad una tecnología arcaica que se remonta a la Antigua Grecia.
A pesar de seguir siendo un arte bastante fiel a su origen, su operatividad se ha ido desarrollando y mejorando a lo largo de los años.

Existen diferentes tipos de telares, dependiendo del método y del producto deseado: ya sea una alfombra, ropa, toallas, mantas y muchas otras prendas.
Cabe destacar también que un telar permite trabajar con una enorme variedad de materiales -desde lana hasta yute-, lo que permite al artesano un sin fin de posibilidades para construir sus piezas. Podemos decir que realmente el límite es la imaginación.